Michelangelo Antonioni es un ejemplo de "inteligencia cinematográfica". Dedicó su obra a indagar en la burguesía. De ahí nace la preocupación central del director: la fragilidad y la enfermedad de los sentimientos en la época actual.
Desproporción y desacuerdo entre un desarrollo tecnológico muy rápido y una evolución inexistente o muy lenta de los sentimientos. Produce el desasosiego y la frustración constante del ser humano.
Algunas de sus obras son: "La noche", "El eclipse".