jueves, 21 de marzo de 2013

Productos y procesos del revelado fotográfico

La película fotográfica está compuesta por dos partes fundamentales: el soporte y la emulsión. Además se adhieren otras capas que cumplen diversas funciones.

El principal ingrediente de la película fotográfica es la sal de plata sensible a la luz que hay en la emulsión.

Los haluros suspendidos con la gelatina aparecen como cristales transparentes o granos microscópicos de formas regulares distribuidos uniformemente. El tamaño y la distribución de los granos tienen una gran importancia en las cualidades de la película.

Al tomar fotografías la película se expone a la luz y se forma en ella una imagen latente invisible que se hace visible durante el revelado. Además de hacerla visible esta operación transforma la imagen en un negativo permanente a partir del cual se obtienen copias positivas.

El tanque de revelado a la luz es el elemento más importante del equipo si no se dispone de un cuarto oscuro.

Hay dos tipos básicos: de plástico y de acero inoxidable, y cada uno de ellos sujeta la película con una espiral diferente. Para revelar con el tanque de revelado deberemos apagar la luz e introducir la película en la cuba del tanque. Después, se recortan las puntas de la película, para facilitar su colocación dentro del mismo y se coloca entre dos discos dispuestos en forma de espiral. Tras esto se puede encender la luz y proceder con los tratamientos químicos.

¿Qué necesitamos para revelar una foto? Hay elementos esenciales y otros opcionales. Lo más importante es: un cuarto oscuro con luz roja, una ampliadora, dos pinzas, fijador y revelador, papel fotosensible, un negativo y dos bandejas donde bañaremos las fotos.

Lo primero es colocar el negativo en la ampliadora, tras enfocar la imagen y colocar el papel se debe dejar unos 4 segundos de luz. La ampliadora cuenta con 3 bombillas de tres colores diferentes, las cuales aumentaran o disminuirán la intensidad individualmente para darle el color a la fotografía.

Tras esos 4 segundos deberemos sumergir el papel en el revelador, que está compuesto por distintos componentes químicos como el Metol, que lo que hará será reducir el bromuro de plata negro, el carbonato sódico para acelerar el proceso y el bromuro de potasio, que actuará como retardador y ayudará a minimizar los efectos de la sobrexposición. Lo dejamos hasta que aparezca la imagen, moviendo el papel con las pinzas.

Tras esto se sumerge en agua para que el revelador deje de actuar. Ahora es el momento de bañar la foto en el fijador para que la imagen quede fija y pueda ser expuesta a la luz.

Por último, volvemos a lavar la foto en agua y la ponemos a secar.